Copas europeas
Real – Juve, la revancha luego de 19 años
En 1998 Real Madrid y Juventus se cruzaron en una final de Champions League con realidades diferentes a las actuales. Un conjunto Merengue urgido por la Séptima y los Bianconeri con ansias de lograr la Orejona tras caer un año antes frente al Borussia Dortmund en la etapa decisiva.
Tras 19 años, Real Madrid y Juventus vuelven a verse las caras en el partido cumbre de la competición más prestigiosa de Europa, con una historia importante de fondo y realidades totalmente diferentes a las que precedían aquel choque decisivo en Ámsterdam. Lejos estaban los españoles de lo que demuestran hoy en día, aún plagados de estrellas como marca su historia, entre las que se destacaban Raúl González, Fernando Redondo o un joven Clarence Seedorf, sostenidos en el fondo por Fernando Hierro y Manuel Sanchis más Christian Panucci. Aunque la figura de aquella noche sería Pedja Mijatovic.
La presión más grande que tenían en sus espaldas los jugadores madridistas era el peso de no haber podido levantar la Orejona en 32 años, luego de aquella final en 1966 donde el club venció por 2-1 al Partizan de Belgrado. Por otro lado, Juventus contaba con un equipo rodeado de jóvenes talentos que tiempo más tarde se consagraron en todo el mundo, como Zinedine Zidane, Alexander Del Piero e Filippo Inzaghi, apuntalados por Didier Deschamps (fue campeón del Mundo con Francia meses después de esta final junto con Zizou) y el experimentado Angelo Peruzzi. Pero la Vecchia Signora contaba con el antecedente negativo de que el año anterior había caído ante el Borussia Dortmund de Ottmar Hitzfeld, con un brillante Karl-Heinz Riedle.
En un estadio repleto, con más de 50 mil personas, los equipos tuvieron estrategias similares, dos defensas firmes y dinamismo en el medio. En el banco del Real Madrid estaba Jupp Heynckes, el técnico alemán que ya tenía bastante rodaje (había comenzado a dirigir en 1979); aunque solo se calzó el buzo del club durante una temporada, fue el que lo llevó a consagrarse nuevamente con el galardón más codiciado de Europa. Años más tarde la gloria volvió a tocar la puerta de este DT, ya que se quedó con la Champions de la temporada 2012-2013 conduciendo al Bayern Munich. Del otro lado decía presente uno de los técnicos más emblemáticos de Italia, Marcello Lippi, quien tiempo luego se consagró como campeón del mundo con la Azzurra, y también había estado en el banco de suplentes en aquella final de Múnich un año antes.
Los de Heynckes apostaron al buen pie pero, como buen equipo dirigido por un alemán, respetaron la disciplina en su juego. El orden era fundamental y el desnivel lo marcaban Redondo y Raúl, sobre todo cuando lograban asociarse, sumados a la pegada de Mijatovic y la presencia de un joven Fernando Moro Morientes que también le daba dinámica al juego. Juventus tenía un esquema más cauteloso, con Deschamps como el patrón en la mitad de la cancha, apoyado por Edgar Davids, con Gianluca Pessotto y Angelo Di Livio por las bandas y Zidane como el creativo del equipo, el nexo con los delanteros. Además contaba con Del Piero, que finalmente sería el goleador de la competición.
La intensidad de Juventus le complicó el partido al Madrid. Davids y Deschamps manejaban la zona central, Del Piero se movía e Inzaghi estaba siempre entre los centrales, mientras que los Merengues apelaban a lo que podía hacer Redondo y a los remates de Mijatovic más lo que aportaba Roberto Carlos cuando trepaba. Así terminó el primer tiempo, con las ganas de los italianos y los intentos a cuentagotas del Real.
El comienzo de la segunda parte fue similar, el empuje de los italianos pudo más que los intentos del Real Madrid. No obstante, hubo más decisión en el equipo de Heynckes, que ganaba en la pelota parada con Sanchis e Hierro, y las subidas de Roberto Carlos ya eran constantes al lograr vulnerar la resistencia de Di Livio. Así llegó el gol: remató el lateral brasileño y, tras el desvío, Mijatovic se deshizo de Peruzzi y marcó el 1-0.
De allí en adelante, Juventus se volvió más vertiginoso, pero desordenado. Inzaghi lo tuvo dos veces, el Real resistió. El ingreso de Alessio Tacchinardi no sirvió para ordenar el medio. Los españoles apostaron por Davor Suker y José Pedro Amavisca para desnivelar con contraataques, aunque no tuvieron mucho efecto. Para que la agonía de los 32 años fuera aún más compleja, Juventus arrinconó a su rival en los minutos finales, pero la defensa respondió y los volantes se acoplaron a esta tarea.
Luego del pitido final, los jugadores del conjunto español recorrieron toda la cancha, mientras los de Juventus se miraban, incrédulos, luego de perder de manera consecutiva otra final. Este sábado se verán las caras de nuevo, pero ante panoramas diferentes a los de la final de 1998. Un Real híper ganador va por su decimosegunda Copa de Europa. La Juve, por su parte, tiene la gran aspiración de tomarse revancha y cortar la racha del club más ganador en Champions.
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