América
San Martín de Tucumán, un santo que revive
«Cantemo’ todo’ Ciudadela está de fiesta cantemo’ todo’ Ciudadela es carnaval…». El regocijo y la alegría del conjunto rojiblanco de la provincia norteña de Argentina es notorio y vale. Cinco años, peleando como pudieron, con buenas y malas; con momentos tumultuosos donde estuvieron a punto de caer aún más en el abismo y hoy su sueño se hizo realidad. Este equipo sabe de hazañas y lo decimos porque no es la primera. Una institución que hasta el 2004 militó en la liga local, consiguió en cuatro años el ascenso de jugar únicamente en su provincia, a conocer el país entero, siguiendo al “Santo en la Primera División”, en donde obtuvo victorias categóricas como un 3-0 a Independiente, un 3-1 a River y le sacó el invicto a Racing, como local, entre otras cosas.
Aquel equipo integrado por Germán Caffa, Mariano Campodónico, Gustavo el Ratón Ibáñez, entre otros, no supo aguantar las exigencias de mantenerse en la élite, pero dejó su marca en el fútbol del interior sin ninguna duda. Quedará aquel recuerdo grabado en la retina de los hinchas. Hoy la realidad es distinta, pero no tan distante. Una sola categoría los divide de la resurrección completa y de hacerse presente ante el resto de los equipos de Primera, nuevamente.
El 26 de junio no será una fecha más para los Cirujas y es que paradójicamente esta fecha trae consigo dos connotaciones distintas, pero entrelazadas en el mismo tema. Es que hace cinco años, en el 2011, el Santo, fue condenado y crucificado a jugar el torneo Federal A luego de caer en la Promoción ante Desamparados de San Juan. Media década larga. Horas, días y meses de lucha y esfuerzo, hasta que las vueltas de la vida quisieron que un 26 de junio, pero del 2016, regresaran al escalón en donde estaban.
El comienzo de esta temporada, allá promediando la mitad del año 2015, lo tuvo a San Martín, dentro de la Zona E, del torneo, en donde disputó la clasificación a las fases finales con Güemes y Mitre de Santiago del Estero; el club Concepción y el mismo San Jorge, también tucumano. Apóstoles que tirarían a ser Judas, para que no cumpliera su sueño de reaparecer nuevamente en los primeros planos. Sebastián Pena fue quien se ocupó de guiar a sus seguidores a comienzos del torneo y, para arrancar, no le fue nada mal. Dos empates y dos victorias, lo posicionaron como uno de los grandes aspirantes al título. Con jugadores un tanto de renombre dentro del ascenso del fútbol argentino, como César Taborda, Ramón Lentini -figura y goleador del equipo- hasta el propio Alexis Ferrero, ex River Plate, quienes tomaron la decisión de sumarse a este conjunto para alimentar el sueño de todos sus fieles.
Aunque el andar venía muy bien, y hasta la quinta fecha del torneo estuvo invicto, dos derrotas consecutivas ante Concepción, primero, y luego ante San Jorge, hicieron que algunos feligreses dudaran acerca de la fe que había que tener en este equipo, aunque fueron los menos. Todos se congregaban en misa cada domingo para ver a estos once hermanos que con sus ideales futboleros modificaron el torneo por completo. No todo fue color de rosa. Aquellas dos derrotas, hicieron que dejasen de creer en la idea de Pena. Entre idas y vueltas, llegó el nuevo pastor. Aquel enviado que hizo llamarse el mesías y que conduciría a los habitantes de Ciudadela a la ciudad prometida del ascenso. Diego Cagna, quien dejó el fútbol en el 2005 y consiguió el ascenso en el 2007 con Tigre, fue designado por la flota para conducir los destinos del plantel Ciruja.
Con 22 puntos, quedó tercero en la clasificación final para comenzar a disputar los partidos decisivos. Los siete primeros, la misma cantidad de segundos y los dos mejores terceros, conformaron el cuatro final, lo que llevó a que el rival designado para esa fase, sea Guaraní Antonio Franco, que supo jugar en el último año ante Boca Juniors, por la Copa Argentina. Como tercer ubicado en la fase final del torneo, obtuvo en todos los mano a mano, la ventaja deportiva y la definición de la serie como local, exceptuando la final. El inicio no fue el esperado y el elenco norteño tuvo que hacer valer su ventaja para poder afrontar las diferentes llaves para poder acceder a la próxima instancia. Un 2-1 como visitante ante Antonio Franco, hicieron que las dudas comiencen a aparecer, pero como local, en la Ciudadela, hizo valer el jugar en su cancha y su público, para vencer por el mismo resultado y acceder a la siguiente etapa en donde lo esperaba Sportivo Belgrano.
Sportivo, otro de las instituciones que supo estar en la B Nacional, quería regresar a aquella división y debía toparse, en su camino, ante San Martín. Lentini, le dio la ventaja al rojiblanco en la ida, por 1-0, resultado que sirvió para llevarse por delante la serie. Como local, en el estadio la Ciudadela, sufrió. Comenzó ganando con gol de Rodríguez, pero la visita, con más empuje que fútbol, lo dio vuelta e hizo temblar las ilusiones y parar algunos corazones, durante unos minutos. Sin embargo, la alegría fue toda tucumana y en las semifinales, ya lo aguardaba Libertad de Sunchales.
El primer cotejo fue en Santa Fe. Libertad, venía de golear a Alvarado y suponía una serie dura. Matías Zbrun por un lado y Lentini por el otro, eran las armas con la que contaba cada embarcación para vulnerar las defensas rivales. Quien salió triunfante fue Lentini, ya que con tres goles, uno en el primer encuentro y dos en el desquite, hizo delirar a medio Tucumán para llevar llegar a la final por el ascenso y alimentar la ilusión de la operación retorno. La localía ya no era un factor fundamental. Ahora importaban los resultados y los goles. Unión Aconquija, de la ciudad Andalagá, Catamarca, es el equipo con el cual competiría por la única plaza por el ascenso. Un equipo que hasta el 2014 militaba en la liga local de su provincia y de allí, saltó al torneo Federal A. Los fariseos de esta historia, que querían derrocar el funcionamiento de Cagna a toda costa.
Gonzalo Rodríguez, nuevamente, volvía a aparecer en un momento clave y a los 25 minutos del segundo tiempo, dio la ventaja al local, que arroparía hasta el minuto noventa y que debía conservar en Catamarca. El desquite fue de ida y vuelta. Nada de esas finales cerradas que todos esperan por la significación que tiene cada encuentro. Aunque el cotejo estuvo a punto de no jugarse, debido a la petición del vicepresidente de San Martín, Claudio De Camilo, alegó que no estaban dadas las condiciones, aunque se reforzaron las seguridades y todo comenzó a andar.
Quienes golpearon primero fueron los tucumanos, con otro gol de Lentini, para ponerse en ventaja. Sin embargo, los locales comenzaron a llevar la iniciativa y de la mano de Lucas Farías, dieron vuelta el marcador, cosa que complicaba a los dirigidos por Cagna. Pero la alegría fue efímera, ya que Rodríguez, uno de los héroes sin capa para los tucumanos y Lentini, el apóstol más querido por los feligreses, sentenciaron el marcador final de 3-2, llevando el rumbo del barco que pilotearon todos juntos durante un año a buen puerto.
En el 2011, volvió a ver una nueva decepción, cuando ante Desamparados cayeron en la promoción y tuvieron que resignarse a volver al Federal A, categoría que para todos los santos ya queda grande. Un 26 de junio, nuevamente, mismo día que aquel que condenó e hizo sufrir a todos los rojiblancos, hoy los hace delirar, con el ascenso a la segunda categoría del fútbol argentino. Todos los Cirujas sueñan, ¿por qué no? Estos candidatos confirmaron sus virtudes heroicas y comprobaron un milagro para que se convirtieran en los santos de todo un pueblo. Una nueva etapa comienza. Todos creen, tienen fe, porque saben que estos muchachos pueden llevarlos a la tierra prometida que tango añoran: la de Primera A.
- AUTOR
- Julián Barral
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