Calcio
Sangre guaraní en el resurgir del Parma
Conocidos y emblemáticos son los casos en que grandes instituciones europeas se vieron forzadas a navegar las tumultuosas aguas del ascenso, en sus correspondientes ligas. Pero no, aquí no hablamos de resultados, ni una cadena que tenga fin drástico por una consecución de puntajes bajos. Nos enfocamos en lo económico. En el Viejo Continente comenzaron, en el último tiempo, a aplicar cierto grado de rigurosidad a las cuestiones económicas y extradeportivas, paralelismo que no sucede tanto en Latinoamérica, donde equipos en quiebra aún pueden disputar sus cotejos en la élite del fútbol doméstico.
Glasgow Rangers declaró la bancarrota en el 2012 y debió volver a cavar los cimientos de su institución, cambiando el nombre de la misma a The Rangers Football Club. Transitó todas las categorías del ascenso en Escocia, hasta volver a la Primera División, logro que obtuvo este año. Otro caso emblemático fue el de la Juventus de Italia. Los de Turín se vieron obligados a disputar la Serie B por el famoso “calciopoli”, nombre con que figuró el amaño y arreglo de colegiados arbitrales a favor del elenco bianconero.
Nos situamos un poco más acá en el tiempo, año 2015. El Parma, aquel equipo que deslumbró a propios y extraños con su buen fútbol, nombres rutilantes en sus plantillas y campeonatos a nivel local e internacional, declaró la bancarrota. En las retinas de sus hinchas quedaron los recuerdos de la época dorada de los años ’90, cuando consiguieron tres Coppa Italia, una Supercopa, dos Copas de la UEFA y una Recopa, junto a una Supercopa a nivel europeo. Atrás quedaron aquellos recuerdos. A partir del año pasado, los hinchas del Crociati miraban hacia el futuro con pena y desazón por la triste realidad que les tocaba vivir.
El Parma Calcio 1913, nombre con el que fue refundado, debía comenzar desde cero. Atrás quedaron los Gianluigi Buffon, Roberto Sensini, Hernán Crespo y Juan Sebastián Verón, que vistieron la camiseta azul y amarilla. Ahora debía aventurarse a empezar el camino del regreso con humildad y paso a paso. El inicio penó, claro que sí, al ver las tribunas del estadio Ennio Tardini con sus aficionados implorando por el regreso. Un año después, en abril del 2016, esta historia parece comenzar a teñirse de rosa. Parma logró el ascenso a la Lega Pro, la tercera categoría de Italia, en un campeonato de ensueño: a tres fechas del final, 85 puntos, sobre 35 partidos jugados, con 25 victorias y diez empates. Como lo demanda su historia, gol a gol, jugada a jugada, sus futbolistas quieren devolver la ilusión a sus tifosi de regresar a la tan ansiada Serie A.
Pero en esta temprana coronación en el fútbol del ascenso italiano, hay algo que llama la atención a los fanáticos de este deporte en Latinoamérica. Es que entre las filas de la escuadra aparece un tal Walter Rodríguez. Paraguayo él, de 20 años, que irrumpe en una plantilla conformada con solo cuatro extranjeros. Este jugador nació en Luque en 1995. Un talentoso volante, que fue capitán en todas las filas de reserva de Sportivo Luqueño y que despertó interés en varios equipos del Viejo Continente. En la Primera de Luqueño, disputó precozmente cinco partidos, que le valieron para dar el salto y llegar a tierras italianas.
El primer equipo que adquirió sus servicios fue el Reggina, pero el club recibió una dura sanción por problemas con el fisco, lo que le imposibilitó jugar allí. Ello no fue obstáculo y recaló en las filas del Parma, tras la adquisición de su pase por parte de un grupo empresario. No fue fácil al principio. El técnico de la entidad italiana, Luigi Apolloni, no lo consideraba como titular, ya que poseía jugadores de mayor experiencia en la mitad de la cancha. Así relató el paraguayo sus dificultades en materia futbolística y de ambientación: “Lo que más me costó, al principio, fue acostumbrarme al frío, algo a lo que no estaba habituado. En lo deportivo me costó asentarme en lo táctico, que acá es una gran exigencia. Pero, en ese aspecto, creo que mejoré bastante”.
“Lo que más me costó, al principio, fue acostumbrarme al frío, algo a lo que no estaba habituado. En lo deportivo me costó asentarme en lo táctico, que acá es una gran exigencia. Pero, en ese aspecto, creo que mejoré bastante”.
Tras la lesión de un compañero y gracias al esfuerzo que logró demostrar en las prácticas, llegó el turno de saltar al verde césped de movida, con la Primera del equipo. Su buena actuación en el primer encuentro dio el visto bueno al DT que comenzó a mirarlo con otros ojos. El Parma es su casa y no hablamos en sentido metafórico, sino real. El guaraní vive en las instalaciones del club, conviviendo con varios compañeros de los que se hizo amigo. Rodríguez, quien militó en las juveniles de Paraguay, comentó su experiencia lejos de su tierra natal: “Conocí a un italiano, en la época de pruebas, cuya esposa es paraguaya. Más o menos me hacen extrañar menos el hogar. También me encontré con varios compatriotas que residen en esta ciudad y frecuentamos a menudo”.
El deseo, las ganas y la ilusión de regresar a la Serie A, con el club que lo cobijó en su travesía por Europa, están vigentes. Él tiene ganas de devolver el prestigio al club y ponerlo en el lugar en donde merece estar, sus palabras lo comprueban: “Me encantaría llevar al club a lo más alto. Cuando termine el torneo veremos qué pasa. Espero poder seguir acá, ya que hice grandes amistades y estoy muy a gusto con el trato de la sociedad y la gente en general. Pueden pasar muchas cosas, pero mi intención es continuar”.
“No tengo contacto con Ramón Díaz, pero pienso que podrían llamarme, en un corto plazo. Sería muy importante y lindo para mí jugar en la Selección”
Este joven volante tiene todo para triunfar en su club y en el seleccionado, a donde apunta en un futuro no tan lejano quizás: “No tengo contacto con Ramón Díaz, pero pienso que podrían llamarme, en un corto plazo. Sería muy importante y lindo para mí jugar en la Selección”. Su promiscua travesía al otro lado del continente hace que los albirrojos puedan ilusionarse con tenerlo pronto en sus filas.
El Parma está de nuevo. De a poco siente un leve despertar en la larga siesta que decidió tomarse. El campeón de la Serie D anhela, sueña cada noche, con volver a estar en donde merece. Para ello, cuenta con Rodríguez, este jugador latinoamericano que buscará regar con la cultura latina el fútbol de allí y posicionar a su squadra arriba.
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- AUTOR
- Julián Barral
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