Calcio
Sassuolo y la modernización
Al momento de ser cesado como entrenador del Sassuolo, Eusebio Di Francesco no imaginó tener una posibilidad de revancha inmediata. Corría la fecha 21 de la Serie A 2013/14, y los malos resultados hicieron que la directiva del club despidiese al entrenador y contratara a Alberto Malesani. Solo un mes duró en el cargo el reemplazante, luego de que la situación del equipo no mejorase. Di Francesco regresó y, así como logró salvar al equipo de los puestos de abajo, consiguió una progresión que acabó llevando al club a un certamen internacional años después.
El proyecto del Sassuolo es uno de los más interesantes del Calcio. En medio de una dirigencia de vieja escuela que comanda los destinos de la Federación, la institución de la Emilia-Romagna se renueva y apuesta a la modernización. Entre estructuras anquilosadas, planea el futuro con orden y el conocimiento de sus limitaciones, pese a un presupuesto bajo que alejado está de las grandes potencias. Junto a Juventus, ha dado un paso adelante en el último tiempo que lo ubica a la vanguardia en términos organizativos y de planeamiento en Italia. Con el correr del tiempo, los resultados han sido el fiel reflejo de un crecimiento paulatino aunque imparable.
Fue Giorgio Squinzi, dueño de la empresa MAPEI que produce materiales para la construcción, quien puso la piedra basal en 2002. Previamente, acostumbraba a colaborar desde las sombras, aunque a principios de siglo decidió tomar las riendas. En base a las ganancias de la empresa que heredó de su padre Rodolfo, hizo crecer al club. Alejado de las grandes burbujas económicas que predominaron en el Calcio en la década del ’80, y a sabiendas de que los grandes resultados no se verían inmediatamente. De hecho, el presente en Europa League del Sassuolo ha llegado 14 años después de que Squinzi optara por hacer de MAPEI el sustento de Sassuolo.
Previamente, la firma había sido líder de un equipo de ciclismo que alcanzó la cima mundial, donde se mantuvo por más de siete años. Alejado de las bicicletas, el empresario en cuestión se volcó hacia el fútbol y el equipo de su ciudad. Una ciudad, por cierto, de poco más de 40.000 habitantes. Al momento de que Squinzi se hizo cargo, el club navegaba por la categoría C2 y cerca estaba de la desaparición. Tras varios años de intentos, el Sassuolo consiguió ascender a Serie B en 2008 con Massimiliano Allegri como técnico, en lo que fue uno de los primeros grandes hitos del actual estratega de Juventus. El DT había estado previamente en Aglianese, Grosetto, Spal y Lecco; tras llegar a Segunda División, partió rumbo a Cagliari para debutar en la élite italiana.
«En el fútbol nada es cierto, pero esta puede ser la temporada para dar otro salto hacia adelante en nuestro proyecto: que el Sassuolo aparezca firmemente entre los tres o cuatro mejores equipos de Italia. El gran objetivo es ingresar a Champions». Giorgio Squinzi.
Por el conjunto neroverdi pasaron, posteriormente, otros entrenadores que más tarde serían reconocidos en Serie A. Andrea Mandorlini y Stefano Pioli no pudieron llevar al equipo a Primera, pese a que estuvieron lo suficientemente cerca. Fulvio Pea se aproximó a la meta, pero la respuesta volvió a ser negativa. En ese contexto, el proyecto casi se cae y el equipo estuvo cerca de los puestos de descenso en algunas oportunidades. Sin embargo, llegaría Di Francesco y la suerte cambiaría. El ex centrocampista de la Roma consiguió lo que nadie y, más allá de comienzos irregulares en casi todas las temporadas disputadas en la máxima división, se convirtió en el mejor entrenador de la historia del club. Fue despedido y volvieron a llamarlo.
Sassuolo consiguió salvarse en su temporada debut, escaló algunas posiciones en el curso siguiente y, ya en las últimas dos campañas, se acercó a puestos de clasificación europea. Alcanzó el sexto lugar de la tabla en la 2015/16 y obtuvo el pasaje a la repesca del segundo torneo continental más importante del Viejo Continente. Por detrás quedaron equipos como Milan, Lazio o Torino, para llegar a su presentación internacional. Lejos de conformarse con lo alcanzado, el objetivo de Squinzi y del presidente, Carlo Rossi, no es otro que el de seguir evolucionando. “Esta puede ser la temporada para dar otro salto hacia adelante en nuestro proyecto: que el Sassuolo aparezca firmemente entre los tres o cuatro mejores equipos de Italia”, expresó el dueño al sitio www.lastampa.it.
De todas maneras, lo alcanzado futbolísticamente no es el único ejemplo del progreso. Tras el debut en Primera, y posteriormente a jugar en tres estadios diferentes durante su estadía en el ascenso, el club inauguró su propio recinto, el MAPEI Stadium, conocido también como Città del Tricolore. Solo Sassuolo, Juventus y Udinese poseen estadio propio en Italia, en un contexto de estadios comunales que los clubes pueden utilizar pagando un canon anual. Así se explica que no haya habido mejoras sustanciales en las estructuras deportivas en años recientes. Además, los ingresos en día de partido –Match Day Revenue– constituyen un elemento clave para las finanzas (un factor decisivo para el desarrollo en los colosos europeos).
Sassuolo se ha convertido también en un lugar óptimo para el crecimiento de jóvenes. El promedio de edad del plantel es bajo, con futbolistas como Lorenzo Pellegrini, Federico Ricci (ambos de scuola Roma), Pol Lirola o Luca Mazzitelli. Incluso, su máxima figura y goleador histórico, Domenico Berardi, tiene solo 22 años. El club apuesta cada vez con mayor frecuencia a nombres de Serie B que recién hacen sus primeras armas. De esa forma han llegado, por caso, Pietro Iemmello y Antonino Ragusa en el último mercado estival. La dirigencia cuida las finanzas y conoce las limitaciones presupuestarias, por eso mismo es que han destacado por desenvolverse con mucho acierto en período de fichajes. Sime Vrsaljko y Nicola Sansone fueron vendidos por el doble del valor por el que fueron incorporados. Un año atrás, Simone Zaza fue repescado por Juve, tras estar en copropiedad.
Di Francesco hizo su presentación en Segunda División y, en solo una temporada al mando del equipo, consiguió lo que nadie: el ascenso a Primera. Mantuvo al equipo en la élite, lo hizo evolucionar y clasificar a Europa.
La política del club también está relacionada con el propósito de que la mayoría de los futbolistas del equipo sean italianos. Solo cuatro efectivos del Sassuolo son extranjeros. Según datos de la revista española Panenka, representan solo el 15,6% del plantel, siendo Lazio (80,6%) la entidad con mayor cantidad de foráneos, seguido por Inter, Roma y Fiorentina. “Es uno de los puntos del programa. Por el bien de Sassuolo y el fútbol nacional. Joven e italiano. No siempre es posible, el camino de este año nos ha encontrado con (Alessandro) Matri, que simplemente no es joven, pero es italiano”, manifestó Squinzi a La Stampa.
Di Francesco y su propuesta de un fútbol arriesgado y valiente dieron en la tecla. Sassuolo es un equipo siempre incómodo, que se presentó aquella noche de enero de 2014 con una victoria en casa ante Milan por 4-3. Ese día, Berardi convirtió un póker y, actualmente, es una de las grandes promesas en La Bota. La idea colectiva continuó asentada en el trío de ataque que conformaban el propio Domenico, Zaza y Sansone, hasta que se desmanteló dejando varios millones en las arcas. No obstante, la búsqueda de este entrenador con pinta de hípster lejos estuvo de cambiar. Sassuolo se mueve siempre en bloque, con sus líneas juntas, y frecuentemente presiona alto a su adversario. La intención de buscar el partido tiene su correspondencia con el pragmatismo frente a conjuntos de mayor renombre, ante los que puede defenderse ordenado en su campo. La categoría de sus atacantes y su juego directo han sido características distintivas. Grégoire Defrel ha reemplazado de gran manera a Zaza, y los jóvenes se mezclan con la experiencia de Francesco Magnanelli, que está en el club desde 2005, cuando jugaban en C2.
La inmejorable gestión deportiva generó grandes beneficios económicos en el último lustro, al punto de hacer autosuficiente a Sassuolo en pequeños factores y no depender en exclusiva de la empresa de materiales. Entre 2011 y 2015, los verdinegros aumentaron su rentabilización comercial y de TV, y la facturación fue mayor a los 60 millones de euros. Así, la ciudad conocida por la exportación mundial de cerámicos observa de cerca el progreso exponencial del club local, en uno de los procesos más serios de Europa.
- AUTOR
- Nicolás Galliari
Comentarios