Calcio
Sencillamente, Superman
La sana envidia que me genera Gianluigi Buffon no me la genera ningún otro jugador en el mundo. Un combo explosivo de cualidades lo pone un escalón por encima del resto, por lo cual un adjetivo que podría describir lo que representa es “elegido”. ¿Por qué? Porque es sorprendente que con 39 años continúe atajando en el primer equipo de la Juve; también porque si nada raro ocurre estará en la nómina para el próximo Mundial, el sexto y último de su carrera, lo que sería récord global; o también porque es campeón del mundo con Italia y multicampeón con Juventus. Pero hay algo más, Gigi tiene algo que muy pocos arqueros tienen, y eso que tiene es lo que creo que lo hace aún más grande, dejando todo lo expresado recién en un segundo plano. A lo que me refiero, es a que es un arquero de las viejas épocas que ha tenido que adaptarse a esta nueva. Sencillamente, un profesional del arco.
Sabemos que Buffon se ha iniciado como profesional en el Parma en el año 1995, una época en la que el fútbol era bien distinto a lo que es hoy en día. El juego con los pies para el arquero era considerado último recurso, tal es así que el pelotazo debía ser largo y hacia los costados para ganar metros y evitar una posible pifia que provoque un gol en contra. Pero claro, el arquero además debe estar bien ubicado, tanto con posesión de pelota de su propio equipo como del contrario. Hoy en día está de moda en las pelotas paradas arrancar a correr desde afuera del área hacia adentro, impidiendo la intromisión de jugadores del otro equipo dentro del área, por lo tanto, la posición del arquero es sumamente importante. Buffon ha entendido esto a la perfección: de esperar el centro agazapado bajo los tres palos, pasó a tener que ubicarse casi en la línea del área chica. Lo perfeccionó de tal modo que hoy es difícil percibir un error en el cálculo.
Físicamente siempre ha sido ejemplar. Quizás el carácter que adoptó desde muy joven en cuanto a la disciplina deportiva lo volvió un maníaco por el entrenamiento. La búsqueda de la perfección para un arquero es tan importante como su capacidad técnica. Ni hablar de lo referido a lo mental, en este aspecto Gigi, con 17 años y la titularidad en Parma, era un pródigo. No es pertinente hacer una lista jerárquica de los atributos que debe presentar un arquero para tener éxito, porque sinceramente la clave está en poseerlos todos a un mismo nivel. Mentalidad, técnica en general, posicionamiento, físico y hambre de gloria. Buffon tiene todo. Lo conserva a pesar de que sus casi 40 años le impidan hacer todo lo que hacía a los 25.
De todas maneras, no es fácil ser Buffon. Él fue el primero en reconocerlo, al declarar que sufría una gran depresión en 2003. En algún momento la ficha iba a caer, esa ficha que a Robert Enke lo llevó a la peor decisión. “La puta… ¿por qué soy Gigi Buffon?”, se preguntaba alguien que todos creíamos imbatible. No es fácil. Por más que en ese mismo año haya sido galardonado con el premio al mejor jugador de UEFA. Algo en lo que nos tenemos que detener a reflexionar, pues los deportistas son seres humanos también, aunque los tengamos como ídolos y les exijamos cosas a cambio que ellos, en definitiva, no deberían siquiera considerar. Superman, apodo que se ganó desde muy joven, aún no había experimentado ningún revés en lo futbolístico, hasta que la Vecchia Signora se vio envuelta en un escándalo de corrupción que terminó enviándola a la Serie B sin escala, habiendo sido bicampeón. Gigi se quedó junto con otras figuras como Alessandro Del Piero y David Trezeguet para devolver a Juventus a donde merecía, y por supuesto lo logró. Ese mismo año coincidió con el mayor logro de Buffon en su carrera: Italia alzaba la cuarta Copa del Mundo, en Alemania 2006, triunfo que inmortalizó para siempre al arquero transalpino. Pero como mencioné antes, no quiero detenerme en sus logros deportivos porque el legado que dejó en el arco es aún más interesante y digno de ser contado.
Tal es la leyenda que su “sucesor”, Gianluigi Donnarumma, nació el mismo año en que Superman obtenía la Supercopa de Italia con el Parma, en 1999. Ambos forman parte de la plantilla azzurra, y muy posiblemente integren la nómina de 23 jugadores que vayan a Rusia en 2018, torneo que marcará un final de oro para Buffon, sea cual sea el resultado. No por nada arqueros como Iker Casillas, Manuel Neuer, David De Gea, entre otros, lo tienen como el mejor de todos los tiempos. Debió soportar decenas de acusaciones de toda índole: apuestas, amaños, vínculos con el nazismo; situaciones que sólo él sabrá si son ciertas o forman parte del día a día del periodismo “amarillo”. Me quedo con todo lo que describí hasta aquí, lo que dejó adentro de la cancha, debajo de los tres palos. Felizmente, todavía quedan más funciones por ver, porque el tiempo pasa para todos menos para él. Es el anhelo de todo amante del fútbol volver a verlo vistiendo el buzo de Italia en Rusia. Sencillamente, Superman.
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- AUTOR
- Juan Podestá
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