#Rusia2018xCR
¿Sin moros en la Costa? A buscar la Serbia de escape
Con cuatro puntos en el bolsillo –y con un próximo partido ante un rival tan respetable como accesible para este seleccionado carioca-, Brasil doblegó a Keylor Navas y así dejó knock-out a la última cenicienta, Costa Rica. Con tensión pero sin resignación, se mostró ante un seleccionado de características menores con el potencial para resistir e insistir hasta la recta final del match. Eso fue clave para que el dolor de cabeza de un empate en el debut, y las especulaciones que dicha performance generó, se transforme en un impulso para ya vislumbrar los octavos de final.
Si Brasil crece en su juego y doma la imprevisibilidad lírica de sus artífices, puede tornarse un equipo imparable. La articulación de dinámica que no encontró cuando su rival se cerró de cara a sostener el empate, la encontró ante el cansancio del oponente en vísperas del tiempo de descuento y con la habilidad superior que el complemento Philippe Coutinho-Neymar creó en el campo de juego, amén de los grises que opacaron de momentos al hombre del PSG.
No se puede negar que todo análisis pone un punto y aparte en la descomunal tarea del portero tico. Navas evitó una caída mayor, postergando el festejo brasileño casi hasta la conclusión del match. Mérito aparte para tamaño portero, por encima –en mayor o menor medida- en su nivel que todos los arqueros de la CONMEBOL, aún con chances de poner pie en octavos de final.
Lo que hubiera sido un empate comprometedor se baña en las mieles de triunfo. Con un ojo ya puesto en cranear la próxima fase, el entrenador Tite estará atento a lo que suceda con la suerte de mexicanos, alemanes, suecos y surcoreanos. Si aztecas ganan su grupo, es muy probable el tener una final en octavos: Brasil y Alemania. Claro que para esto no solo es requerido un segundo puesto germano, sino que los sudamericanos ganen su grupo.
Brasil enfrentará en el próximo cotejo a una Serbia con chances de clasificar. Si logra direccionar lo bien hecho ante suizos y costarricenses, pulir las sociedades ofensivas y -¿por qué no?- no toparse con un guardameta cuasi-bendecido, comenzaría vislumbrar su trayecto hacia la tan ansiada copa.
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- AUTOR
- Esteban Chiacchio
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