Para cualquier equipo los detalles son importantes, pero lo son mucho más si ese conjunto pelea el descenso. La razón puede ser algo simplista sin embargo la presión suele jugar un factor determinante a la hora de definir una jugada. Los que vienen punteros tienen margen para el error y, por ejemplo, en el fútbol argentino no existen las finales ligueras, cosa que haría mucho más emocionante al certamen. Por esa situación los que lucha por no caer de categoría deben estar atentos al mínimo detalle y sacar jugo de eso, porque no siempre se sabe cuándo volverán a tener otra oportunidad para desnivelar.

En ese contexto, Temperley movió la vara y logró sacar rédito de una equivocación ajena. Argentinos Juniors, escuela de buen fútbol, cambió cuando Alfredo Berti tomó el mando luego de la salida de Gabriel Heinze. El Gringo era puro vértigo y dinamismo. Daba gusto ver jugar al Bicho y sin exagerar podemos decir que hasta dio cátedra en la B Nacional, por momentos. Ahora tu juego cambió, aunque hay algo que mantienen: su arquero juega adelantado. ¿Un detalle mínimo? Sí pero un punto que puede variar la ecuación y así lo hizo. Ataque del conjunto de la Paternal, recuperación del Cele, decisión rápida de Juan Sánchez Sotelo y gol del team del Conurbano.

El instante justo de la decisión.

El ex delantero de Racing no dudo y eso hizo la diferencia. A pesar de estar en la mitad de la cancha le pego a la pelota sin pensarlo dos veces y encontró a Lucas Chávez afuera del área. El equipo se estiró pero fue esfuerzo fue en vano. A sacar del medio. Gol desde la mitad de la cancha, algo que no abunda y para lo cual, como dijimos, hay que tener convicción. Como la tuvo Martín Palermo en su recordado tanto de cabeza desde el centro del campo. Dudar te saca un instante así que es mejor probar. Igualmente no todo es probar por probar, primero hay que observar y también saber leer las circunstancias, eso hace bueno a un jugador y hasta a un DT.

Sotelo podría haber pateado desde el circulo central luego de un saque de arco, cuando la pelota regresa tras el rechazo de uno de los centrales pero de esa manera hubiera encontrado al portero rival bien posicionado porque nunca llegó a salir de su área. Muy distinto fue lo que sucedió ya que los que tenían la pelota un instante antes eran los jugadores de Argentinos, cosa que hace adelantar al portero, que en en tiempos de salir jugando se posiciona como un libero para darle una opción de pase a sus compañeros. ¿Lógica pura? Probablemente pero hay que saber leer los libretos para saber si la película es buena.

El Gasolero cambió de entrenador y por ende cambió de idea. La salida de Gustavo Álvarez, un técnico que a base de buen juego logró que el equipo se quede en Primera y a su vez todos resaltaran sus buenos rendimientos, le abrió la puerta a Gastón Esmerado, quien con Guillermo Brown de Puerto Madryn hizo una gran campaña en la segunda división del fútbol argentino y se quedó en la puerta del ascenso. Aquel team de Chubut era ordenado y sabía de sus limitaciones y virtudes, una cuestión que Temperley parece estar aprendiendo paso a paso. ¿Cómo nos damos cuenta de eso? Quizás con una simple declaración que hizo Sotelo bien terminó el empate 2-2 con el Bichito: «Sabíamos que el arquero de ellos juega casi de líbero. Lo vi adelantado».

#SuperligaxFOX | Repasamos el empate entre Argentinos Juniors y Temperley 2 a 2 en La Paternal pic.twitter.com/xIxkftJfwC

— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) 2 de diciembre de 2017

Además para ratificar estas palabras vale aclarar que el conjunto comandado por el Gato ya había intentado algo similar en la fecha anterior frente a San Martín de San Juan y frente al Bicho probó una vez más con un remate de Maximiliano Lugo. Un par de disparos desde distancias muy lejanas que encontraban «volviendo» al guardamenta. ¿Casualidad? No parece. Vale aclarar que esto esta lejos de ser una crítica a Álvarez, pero a veces hay que cambiar el guión para llegar al resultado. Pep Guardiola lo hace asiduamente y cada día demuestra más porque es uno de los mejores técnicos del mundo. El menú es amplio y a veces una pizca de aceite hace la diferencia.