No terminó la temporada 2015/2016 como soñó a finales del año pasado, cuando el Napoli batallaba por el título de la Serie A. Una Juventus demoledora reconfirmó su hegemonía y le privó al equipo del Sur un Scudetto que es quimera desde los días de Maradona. Sin embargo, el epílogo de la campaña para Gonzalo Higuaín no ha sido desdeñable: el Pipita, con el triplete de goles ante el ya descendido Frosinone, no solo rubricó su condición de capocannoniere del Calcio, sino que además se convirtió en el hombre récord de goles en un año.

El Napoli de Maurizio Sarri sorprendió primero, maravilló después y terminó dejando un sabor agridulce. ¿Tendrá la oportunidad el conjunto de Campania de volver a pelear un título como en esta temporada? En cualquier caso, si consiguió 82 puntos, en un porcentaje indisimulable fue por el aporte del killer argentino. Hay que poner en perspectiva algunas situaciones. Higuaín inició la campaña tras volver de una desilusionante Copa América en la cual jugó poco (anotó dos goles), pareció lejos de su estado ideal y erró un penal en la tanda decisiva ante Chile en la final.

A su vez, el club comenzaba un nuevo ciclo con el entrenador exEmpoli quien sucedía a Rafa Benítez. El técnico español, de controvertido paso por Napoli, no había conseguido el boleto a Champions League. En el juego final ante Lazio, el que podía darle a los partenopeos el pasaje deseado, el Pipita también falló un tiro desde los doce pasos (muy similar al que desvía en Santiago). Con la sombra de Edinson Cavani a sus espaldas, no eran pocas las voces que pedían que se trajera otro centrodelantero. Un melancólico Ciro Immobile que buscaba club tras su pésimo año en Dortmund era el apuntado por los pasionales simpatizantes napolitanos.

Pero el nuevo entrenador confió en Higuaín, se desprendió de los dichos y el contexto. Construyó un equipo para que el «9» se destacara, donde todos juegan para él. Y el argentino cumplió con creces, por encima de lo que cualquiera podía incluso soñar.

Temporada inolvidable en lo personal para Higuaín

El Pipita marcó su récord personal de goles en una temporada. Anotó en Serie A 36 goles en 35 juegos, un tanto cada 83 minutos disputados. Batió una marca que era inamovible hace 66 años y para buscar cifras superiores hay que ir a los tiempos previos a la Segunda Guerra Mundial, cuando el fútbol italiano tenía una organización totalmente distinta.

Desde lo numérico, las cifras son las que son. Lo más destacado, sin embargo, no pasa por lo estadístico, sino por la factura y la importancia de esos goles. Muy pocos de los tantos del futbolista surgido en River fueron decorativos. Muchos sirvieron para abrir marcadores o cerrar juegos. A su vez, la vía por la que llegaron los festejos fue diversa: muchos de zurda, algunos de primer toque, otros tras brillantes acciones personales, los menos de cabeza.

De delantero criticado a delantero codiciado. Fue tan grande la campaña de Higuaín, en un fútbol donde los goleadores no marcan las cifras que en España o Alemania, que los ojos de grandes clubes se volvieron hacia el San Paolo. Renovación y estancia prolongada en Napoli o salida rumbo a un gran club, esa es la duda en torno al futuro del bomber. Aurelio De Laurentiis, propietario de la sociedad, le ofreció ya un jugoso contrato al «9». Quiere que el argentino sea el futbolista franquicia del club. Incluso en sitios partidarios sueñan con renombrar alguna tribuna en honor al Pipita.

En cualquier caso, suceda lo que suceda en este mercado veraniego, el gol de mediachilena que hizo Higuaín y que se tradujo en récord absoluto ya está en la historia del club y de la Serie A. El delantero llega en el mejor momento de su carrera a una nueva cita con la Selección -la Copa América Centenario- y buscará dar vuelta la historia de la misma forma que pudo hacerlo con la exigente hinchada napolitana. Gerardo Martino tendrá entre manos a un futbolista que desea casi toda Europa.