Copas europeas
Ten Hag, Ajax y la trascendencia de una identidad
Erik Ten Hag dialogaba con Josep Guardiola en alemán. Cada tanto, en la charla aparecían conceptos en inglés, pero utilizaban el lenguaje germano como cabecera en la ciudad deportiva de Sabener Strasse. En muchas ocasiones, las reuniones entre ellos, entrenador del equipo filial y de primera respectivamente, se producían cara a cara, y en otras era Hermann Gerrland, mano derecha de Pep, el principal mediador. Habían llegado juntos, el holandés Erik y el catalán Josep, al Bayern Munich, y muchos de los entrenamientos de los primeros días de gestión, allá por mediados de 2013, incluían al conjunto profesional y al de reserva, para que los chicos comenzasen a incorporar el idioma que profesa el club bávaro.
El hombre se distanció rápidamente de aquellos que vieron su salida de Holanda como una regresión en su carrera. Había devuelto al Go Ahead Eagles a primera tras más de una década de ausencia y, catalogado como un joven entrenador que prometía de cara a futuro, lo esperaba su primera experiencia en la Eredivisie. Previamente, había trabajado en las inferiores del Twente y del PSV Eindhoven, histórico rival del Ajax en la élite holandesa. Matthias Sammer, director deportivo del Bayern, lo llevó a dirigir al filial en la Regionalliga, cuarta división alemana. No era ese el primer contacto con el directivo, que ya lo tenía en su agenda de cuando intentaba sumar entrenadores a la federación de su país. Ten Hag no lo dudó un segundo y puso proa rumbo a lares teutones.
“Fue una decisión enormemente valiosa para mí. Nunca me he arrepentido. Trabajar en un club tan grande, con personalidades tan influyentes, fue como ganar la lotería”, admitió en entrevista al diario Sport Bild. Mamó la filosofía de Guardiola desde los primeros días del técnico de Santpedor en tierras muniquesas, y allí compartieron dos años de trabajo. El neerlandés contó con las ayudas de dos personalidades trascendentales en la vida del Bayern, Gerd Müller y Mehmet Scholl. Confió en adquirir nuevas ideas, en perfeccionarse y conocer otro ambiente, y supo que la idea de volver a dirigir en la élite aparecería más temprano que tarde. “Aprendí muchísimo de Pep, su filosofía es sensacional”, asumió. Hoy, las formas que absorbió allí intenta replicarlas en el Ajax, un equipo que volvió a causar sensación en Europa.
Utrecht significó el primer mojón de su retorno a Holanda, pero Ajax golpeó su puerta con el objetivo trazado de volver a ser. El gigante de Ámsterdam había jugado una final internacional en 2017, en la que perdió la Europa League ante el Manchester United de José Mourinho, pero llevaba tiempo sin ganar la liga doméstica, y ni se acercaba a las zonas definitorias de la Champions League, un torneo en el que ya ha escrito historia con pluma indeleble. En la presente temporada, Ajax mantiene el pulso al PSV en un certamen local muy igualado, y ha retornado a las fases decisivas del gran certamen europeo. Este equipo que lidera Ten Hag, descarado, atrevido y jovial, recuerda aquel de Johan Cruyff y al que condujo Louis Van Gaal, en la década del ‘90.
La gesta del conjunto holandés en la actual Champions League toma mucho valor, porque ha llegado a semifinales con la identidad que históricamente supo construir. El proceso renovador iniciado en 2011, con el retorno de Cruyff, volvió a darle valor a la cantera, pero también llamó a que hijos pródigos tomasen el timón del barco. Primero se dio con Dennis Bergkamp al frente del primer equipo, luego con la designación de Marc Overmars como director deportivo, y finalmente del exarquero Edwin Van der Sar como director ejecutivo. El club reconoce su carácter exportador, pero la actual temporada ha sido diferente a otras. No sufrió pérdidas de última hora como en mercados anteriores, y jóvenes estrellas se quedaron aún cuando escucharon ofertas tentadoras, quizá porque sintieron algo especial cuando Ajax pasó tres fases eliminatorias antes de insertarse en la fase de grupos.
A la juventud valiente de este Ajax, con jugadores de talento incipiente pero decidido como Mathijs De Ligt (capitán a los 19 años) o Frenkie De Jong (líder colectivo a los 21), se le agregaron jugadores experimentados que acaso le brindaron el salto competitivo que la escuadra deseaba dar hace tiempo. Por cifras de más de ocho dígitos, desembarcaron Daley Blind, que regresó a su antigua casa, y Dusan Tadic, el serbio cuya exquisita zurda fue toda una revolución. En la cantera del Ajax se repite que el estilo es imperturbable, y que allí los jóvenes han de ser valientes y de ninguna manera tímidos. “Cultivan una arrogancia futbolística en el buen sentido: Somos el Ajax y este es nuestro estilo. Tienes que ser valiente”, escribió Jordi Cruyff en el diario El País. El resultado, agrega el hijo de la leyenda, es la aparición de “jóvenes atrevidos, atléticos y dinámicos”.
Conscientes de lo dificultoso que se hace mantener a un joven que destaca, la directiva que lidera Van der Sar modificó las bases en la formación. Dentro de un esquema que busca infinitamente la mejora individual de los jugadores, incluso mayormente que la aparición de un colectivo que domine de punta a punta la segunda división, los chicos han de pasar mucho más tiempo que antes entrenando en las bases. El club apuesta porque jóvenes de 16 o 17 años ya estén preparados para saltar al primer equipo, y por eso desechan la posibilidad de debut de aquellos que traspasaron la frontera de los 20 años de edad. En De Toekomst, la academia ajacied, la búsqueda principal fue acelerar el proceso formativo. Mientras tanto, cuentan con una red de ojeadores muy precisa que encuentra jóvenes talentos, tanto dentro de los límites holandeses como fuera.
Ten Hag ha ideado un equipo que mezcla tradición con modernismo. Su Ajax viaja del pasado al presente, de las enseñanzas que dejaron Rinus Michels y Cruyff a los días que corren. Su equipo domina el juego de salida por bajo, la evolución del colectivo a través del pase y las asociaciones, la posesión del balón y el juego de posición. Pero a ello agregó dinámica y juego directo. Sus futbolistas, ejecutores con una técnica muy depurada, capaces de orientar con mucha rapidez las jugadas mediante pases con la firmeza justa o controles de mucha calidad, le dieron vida a lo que pregonó el entrenador desde un principio. De Ligt conduce la pelota y sale con el pecho erguido como si documento mintiera, De Jong protege el esférico como su tesoro más preciado, y en fase ofensiva nunca hay posiciones rígidas. Existen los intercambios permanentes y los atacantes nunca dan referencias de marca.
Tadic parte como falso 9, pero sale asiduamente de posición para mezclar con los extremos David Neres o Hakim Ziyech, mientras Donny van de Beek está siempre atento a atacar ese espacio central. Ajax se asocia a un toque y con mucha pulcritud, se torna incontrolable, puede romper presiones muy adelantadas y con espacios destruye cualquier esquema. El equipo se sitúa arriba, busca controlar el partido durante los 90 minutos y, una vez asentado, realiza una presión voraz. La meta es recuperar cuanto más arriba se pueda, y volver a atacar con combinaciones cortas y precisión en velocidad. Así, los holandeses han rememorado las noches épicas del Siglo XX, se han salido del esquema, rompieron el mapa de la Champions al vencer en el Santiago Bernabéu y en Turín y sembraron admiración y emoción.
Su entrenador, motor y mentor de haber llegado a semifinales, es un hombre que apunta a mejorar cada día. Llama a ir todos juntos tras una idea, a encolumnarse, defiende la importancia de lo colectivo, señala que la esquematización de valores es siempre clave dentro de un equipo, ya sea de juveniles como de primera, y aboga por la profesionalización total del futbolista. “Puedes y tienes que mejorar cada día. El fútbol superior es un estilo de vida. Se trata de entrenamiento, fuerza, ejercicio. No solo es el jugador, siempre hay un humano detrás. Yo lo llamo el ‘concepto humano total’”, expresó en entrevista con TZ, un medio de Múnich, cuando aún dirigía al equipo B del Bayern. Ten Hag tiene en su despacho fotos de Michels y Cruyff, es un técnico que busca continuamente nuevos desafíos, y no se desespera con la renovación de plantel que le espera. “Yo estaré orgulloso, los cazatalentos que los descubrieron estarán orgullosos”, cierra, ante las más que probables ventas de sus jóvenes figuras. Tenía razón Erik, una nueva chance lo esperaría.
- AUTOR
- Nicolás Galliari
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