Opinión
Tiempos de cambios
Si hay algo en lo que la Primera “D” se diferenció de las demás categorías fue el desorden con el que convive año tras año. La incertidumbre en cuanto al organigrama y modalidad de la competencia es una de las cuestiones del desmanejo. Para el 2023, con la “invitación” del Club Mercedes, el torneo contó con solo once equipos. Una rareza teniendo en cuenta que la cúpula dirigencial tenia la oportunidad de dar un volantazo, darle armonía y mejorar la competitividad. Pero no, solo fue un parche provisorio. Dos torneos cortos, donde los campeones de cada uno disputarían una final ida y vuelta para determinar quién se ganaba un lugar en la Primera “D”, y un torneo complementario, una vez determinado el campeón, con los primeros siete, más quien perdiera la final por el ascenso, para quedarse con la segunda plaza de la Copa Argentina.
El 11 de noviembre, el “Carlos Alberto Sacaan” de Ituzaingó fue el escenario del último partido de la temporada. Centro Español y Cambaceres fueron los protagonistas para acompañar a Yupanqui. El duelo de ida fue victoria de los comandados por Álvaro Pereira, gracias al tanto de Rodolfo Fernández. Sin embargo, Nicolás López e Ignacio Dursso se encargaron de darle el triunfo al “Gallego”. Premio consuelo para los de Haedo, que vieron cómo se les escapó el ascenso como en 2021, cuando cayeron por penales ante Puerto Nuevo. Por su parte, el Rojo de Ensenada ve cómo termina líder la tabla general por segundo año consecutivo y se queda en la D. No obstante, quién lo diría, durante los primeros días del 2023 se dio una noticia que dejó la primera estrella del Trapero y lo obtenido por Diego Herrero en segundo plano: a partir de la temporada 2024, la Primera C y D se unificarán. Sí, la dos categorías más bajas de los torneos de AFA se fusionarán con el fin de jerarquizar y “empujar” el crecimiento de las instituciones. Este resolución genera varios cambios, no solo en las divisiones mencionadas, sino en las restantes categorías. Por ejemplo, la Primera B pasará de tener 17 elencos a 22, tal como lo remarca el boletín oficial al mencionar “se tendrán en cuenta los descensos (de clubes directamente afiliados) desde la categoría Primera Nacional, como así también los ascensos desde la categoría Primera B Metropolitana a la categoría Primera Nacional; lo cual permitirá considerar la cantidad de equipos de la categoría Primera C requeridos para obtener la cantidad de 22 equipos».
Esta adhesión, para la Primera D, tendrá un impacto inmediato en la conformación de los planteles, ya que pasarán a ser “profesionales”. Con la reglamentación actual, todos los futbolistas que juegan en la D deben ser amateur, es decir, no haber firmado contrato como profesional, más allá de algunos asteriscos que se dieron en los últimos años, como el de Maximiliano Castano y Matías Fleitas en Liniers o David Sueldo en Real Pilar. La C fue amateur hasta finales de la temporada 2013 y consiguió estos “beneficios” por una noche negra en Devoto. Por la cuarta fecha, Laferrere viajó hasta el “Enrique Sexto” para medirse ante Lamadrid. Un partido más del ascenso argentino. Pero a los 29 del primer tiempo, Héctor Sanabria se desvaneció y más allá de las maniobras de reanimación, ingresó al hospital materno “Teresa Luisa Germani” sin vida. El futbolista surgido de Nueva Chicago falleció producto de un paro cardíaco. Este acontecimiento generó varias transformaciones, como cursos de reanimación para los futbolistas y árbitros y colocación de desfibriladores en todos los estadios. Y aunque hubo varias idas y vueltas, también la profesionalización de la divisional. Sergio Marchi y Julio Grondona, con sus colaboradores más cercanos, se reunieron en decenas de ocasiones, en las que el presidente de “Futbolistas Argentinos Agremiados” solicitaba cambios similares a los que se dieron en el torneo Argentino A, que mejoraron el status de los jugadores de la categoría. Finalmente, el 30 de octubre, el Cómite Ejecutivo de AFA aprobó la profesionalización, “lo que implica que, desde el próximo 10 de diciembre hasta el 20 de enero de 2014, los clubes deberán registrar en el Ministerio de Trabajo de la Nación, un mínimo de quince contratos con un salario básico de 4.500 pesos”.
Otras de los grandes cambios que se darán, obviando lo económico, es la infraestructura. Son varias las instituciones que tendrán que invertir para cumplir con las normativas que piden desde AFA (teniendo en cuenta los parámetros para la C). Durante la temporada 2021, de once equipos, seis no contaban con estadio propio. A este dato se podría sumar a Juventud Unida, que esta realizando refacciones en sus instalaciones e hizo de local en el “Deportivo Malvinas Argentinas” de Los Polvorines, durante algunos encuentros. Un año después, el número se redujo por la inauguración de las canchas de Central Ballester y Yupanqui (Juventud Unida volvió a rotar entre su estadio y el “Municipal de Pilar”). Al “Canalla” le costó 26 años, 15 estadios y 400 partidos volver a José León Suárez, situación similar para los de Ciudad Evita, que a finales de los ‘90 dejó el Club Savio y hasta hace unos meses nunca más se sintió local.
No quedan dudas de que la profesionalización es una gran noticia para los futbolistas que se encontraban desamparados por Agremiados. No solo por los ingresos salariales, sino también por los beneficios personales, como obra social por ejemplo. Así como también la oportunidad de los dirigentes de los distintos clubes para dar el salto de calidad en cuanto a trabajos edilicios o de mejoramiento. Lo único cierto es que la D dejará de ser esta categoría bastardeada para volver a ver la luz y seguir transformándose en una que aporta jugadores de calidad, porque todos conocen a Jonathan Herrera, quien se inició en Centro Español, o a Alejandro Martínez, uno de los mejores jugadores del último torneo, que abandonó Central Córdoba de Santiago del Estero para convertirse en refuerzo de los Xolos de Tijuana, pero antes de dar este salto, comenzó su carrera en Atlas y convivió con las dificultades de la D. Lo mismo Dylan Glaby, volante que debutó en Real Pilar y que, tras su paso por Barracas Central, fue transferido a Coquimbo de Chile. Damián Arce, Gonzalo Bravo, Jonathan Goitia, Javier Velázquez o Mauro Ortiz pueden ser otros de los nombres que recorrieron las canchas de la última categoría y llegaron a Primera División. Quizás en el poco tiempo se hablé de Kevin González, reciente incorporación de Patronato, que viene de una gran temporada en Estudiantes de Buenos Aires y que tuvo su estreno “profesional” defendiendo la camiseta de Central Ballester. En fin, una decisión que marca un tiempo de cambios.
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- AUTOR
- Claudio González
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