Qatar 2022
Todo tiene un final, todo termina
Llegamos a la recta final del Mundial de Catar 2022. Un mundial que nos dejó muchísimas cosas interesantes, particularmente en cuanto a emociones, cosa que no se sintió tan así cuatro años y medio atrás en Rusia. Definiciones apasionantes, sorpresas en fase de grupos, algún que otro golazo, pocas curiosidades, alguna que otra burrada y, por sobre todas las cosas, ninguna patada descomunal de expulsión. Cómo será que en 56 partidos hemos presenciado una sola expulsión (la brusca entrada del arquero galés Wayne Hennessey al iraní Mehdi Taremi a instancias del VAR), y no mucho más. Desde el nivel futbolístico, sin dudas que se ha mejorado respecto del último mundial, en ese aspecto no hubo ninguna selección que no haya estado a la altura de la circunstancia, quizás Qatar haya sido la más pobre en cuanto a rendimiento y resultado esperado, pero el hecho de no haber tenido competencia de eliminatoria en Asia y además la presión de ser cabeza de serie le ha jugado una mala pasada. Otros equipos han demostrado ratos de fútbol super interesantes. Canadá ha dejado buenas impresiones a pesar de no haber podido sumar puntos, misma situación con Ecuador, Irán, Túnez y Camerún que sorprendieron con buen nivel en partidos complicados con rivales de mayor jerarquía, pero lamentablemente por cosas del destino y el formato de competición se quedaron en la puerta de la clasificación. México también estuvo a un gol de clasificar, aunque a diferencia de las selecciones mencionadas anteriormente, la imagen que dejó no fue para nada buena. Su entrenador, el argentino Gerardo “Tata” Martino, renunció automáticamente luego de la fatídica eliminación en fase de grupos. Australia dio el golpe en el momento justo eliminando a Dinamarca, a priori candidata a dar el golpe en un grupo donde estaba Francia (lejísimos quedó eso de la realidad) y, por último, Japón ganándoles nada más y nada menos que a Alemania y España y clasificando a octavos de final en un grupo apasionante, dejando afuera a los teutones que nuevamente quedan eliminados de forma temprana.
Al finalizar la fase de grupos, mucho se habló de que este sería el Mundial de las sorpresas, de que una selección menor podía hacerle frente a una potencia. Sin embargo, terminó por suceder lo que sucede siempre, en octavos de final las cosas se pusieron en orden. Argentina ganó su compromiso con Australia sufriendo en el final por un gol totalmente fuera de contexto del rival, Países Bajos barrió a un equipo como Estados Unidos que también venía derecho y con ratos de buen fútbol mostrado en fase de grupos; Inglaterra, que titubeó por momentos en la primera fase, le tiró todo su fútbol de la mano de Bellingham a una Senegal desconcertada y atónita. Después Croacia, sin sobrarle nada, sacó a Japón por penales y continuó el camino de la “lógica” y más tarde Brasil, al ritmo de la samba, eliminó sin problemas a Corea del Sur, evidenciando no solo la diferencia futbolística entre estos equipos, sino también el paupérrimo Mundial que hicieron los uruguayos que no pudieron siquiera convertirles un gol a los coreanos en la primera fase. Francia, por su parte, con un Mbappe encendido y un Giroud goleador, revoleó a una pobre Polonia por el aire que solo pudo “contentarse” con un penal sobre la hora convertido por su goleador Lewandowski, y así pudo desterrarse esa teoría terrorífica de que el campeón del mundo al Mundial siguiente fracasaba. Lejísimos de eso, los franceses demostraron ser serios candidatos al bicampeonato. Finalmente, quedaron las selecciones ibéricas, por un lado Portugal con Cristiano Ronaldo aguardando en el banco de suplentes goleó sin mayores inconvenientes a una desconocida Suiza gracias a los grandes niveles de Joao Felix y Gonçalo Ramos (este último se lució con un triplete); y para el cierre quedó Marruecos, la gran sorpresa de esta Copa, sacando a España por penales tras 120 minutos de posesión de pelota del equipo español, que no supo (o no pudo) entrarle a la férrea defensa marroquí. En algún momento hablaremos de Marruecos y en algún otro analizaremos si España ha jugado bien, regular o mal, pero lo cierto es que en la tanda de penales fallaron todos los ejecutantes españoles: primero Sarabia al palo, luego Soler y Busquets que se toparon con la muralla llamada Yassine Bounou en el arco al detener ambos penales. Hakimi, con una displicencia tremenda, sentenció la serie con un penal ejecutado “a lo Panenka”. Final de terror para los dirigidos por Luis Enrique, que habían depositado toda la confianza en un equipo con una mezcla de jóvenes promesas y experiencia probada.
Llegamos a los cuartos de final. Ya el mundial a partir de esta fase pasa a definirse por nimios detalles. Se acortan aun más las diferencias que hubiera entre las selecciones que se enfrenten. Argentina se medirá ante Países Bajos, Brasil hará lo propio con Croacia, Marruecos intentará dar el golpe ante Portugal y, por último, Francia e Inglaterra dirimirán quién de las dos candidatas al título queda en el camino. Cualquier especulación a esta altura puede quedar en vano. Mejor disfrutar lo más que se pueda y esperar. Continúa latente la posibilidad de una semifinal sudamericana entre Argentina y Brasil, pero mejor no adelantarse, si hay algo que nos enseñó este mundial maravilloso es que en 90 o 120 minutos puede pasar cualquier cosa. Esperamos (bah, al menos yo espero) que se mantenga el nivel futbolístico y de emociones como hasta el momento y, obviamente, que se raspe un poco más, que sean partidos dignos de definición de un Mundial.
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- AUTOR
- Juan Podestá
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