Historias
Un gol soñado
Cuando éramos niños soñábamos con jugar a la pelota, ser capitán del equipo del cual fanatizamos, hacer esos goles decisivos que quedarían marcados en la memoria de cualquier hincha y de la historia del fútbol mundial. Porque cuando deseamos jugar al fútbol lo primero que se viene a nuestra mente es el gol. El bendito grito que satisface nuestro sueño. Hoy nos toca hablar de Karel Poborsky, el autor de un gol que quedará por siempre en la historia. No solo por ser un bonito tanto sino porque gracias a ese momento glorioso, su Selección accedió a semifinales de la Euro 96. Karel nació en 1972 en Trebon, Checoslovaquia, y debutó como profesional en 1991 en el Ceske Budejovice, equipo en el cual se retiró y allá por el año 2009 fue su presidente.
Muchos del ambiente futbolero no conocían a Poborský cuando este llegó, con sus 24 años, a Inglaterra para disputar la Euro 96. Una de las razones fue su perfil bajo en su país, algo que se desmoronó cunado fue pretendido por los más grandes de República Checa allá por 1994. En ese momento jugaba en el Dynamo Ceské Budejovice, team en el que estuvo en el año 91 al 94 y de 2006 a 2007. Para sorpresa de muchos fichó para el Viktoria Žižkov del 94 al 95 y un año más tarde recaló en el Slavia de Praga del 95 al 96, con el que ganó la liga checa y disputó las semifinales de la Copa de la UEFA en la que iba a ser su única temporada en el club capitalino. Más adelante jugó en Manchester United del 96 al 98, en Benfica del 98 al 2000, en Lazio de 2001 al 2002 y Sparta Praha del 2002 al 2005.
Karel jugaba pegado a la banda dispuesto a desbordar o bien a meterse en diagonal. Era bueno aunque tenía esos arranques de agachar la cabeza y correr sin importar nada más. Sus características principales eran sus desbordes y su cambio de ritmo para dejar su marca y llegar a línea de fondo, su velocidad y habilidad lo convirtieron en un player clave y decisivo en muchos encuentros como el del famoso gol de la EURO 96. Ya pasado el tiempo y habiendo adquirido experiencia fue supliendo la falta de velocidad con la inteligencia y era un aprovechador de espacios para aparecer sorpresivamente al área rival. Fue el primer jugador en alcanzar cien partidos en 12 años defendiendo la camiseta de su Selección. Además también participó en la de Euro 2000, pero sólo contó con una presencia mundialista pasado sus 30 años en Alemania 2006.
«Siempre me gustó más finalizar con calidad que con potencia», declaró Karel recordando aquel maravilloso gol en el partido de cuartos de final ante Portugal en el minuto 53. Las repeticiones de ese gol en Birmingham hacen que sea imposible olvidarlo. «Jiří Nemec me pasó el balón, yo me fui de dos o tres jugadores y perdí el balón, pero me volvió y de repente estaba detrás de la defensa corriendo hacia la portería. Baía (arquero de Portugal) estaba lejos de la línea de gol y fue fácil pasarla por encima. Salió muy bien. El balón subió mucho y por un momento creí que se iba a ir alto, pero bajó y fue un gol muy importante para nosotros», rememoró nuestro héroe.
Gracias a los partidos de aquel torneo, República Checa tomó mucha relevancia a nivel mundial y la figura de Poborský creció en la escena de la redonda. El joven estuvo muy bien de principio a fin y el momento más recordado de su carrera fue el gol que mencionamos anteriormente. Una genialidad que desde entonces fue su carta de presentación: «Estoy realmente encantado. Fue uno de los momentos más destacados de mi carrera y todavía me agrada recordarlo».
Por medio de ese famoso gol la Checa derrotó a Portugal por 1-0 en cuartos para llegar a semifinales, donde se midió contra Francia, equipo al que dejó en el camino en la tanda de penales. Karel llevó a su Selección a una final europea de la mano de algunos grandes su socios como Pavel Nedved o Patrik Berger, aunque en el último paso cayeron 1-2 en la prorroga frente a Alemania y así su sueño de ser campeones quedó trunco. Sin embargo sus números con su seleccionado hablan por sí solos debido a que disputó 118 partidos y marcó ocho goles. Además si seguimos enumerando sus éxitos tenemos que marcar sus tres títulos en la Liga checa (1995/96, 2002/03, 2004/05), un título de Premier League (1996/97), una Copa checa (2004) y la nada despreciable chance de ser finalista de la Liga de Campeones en 1998.
Todos los goles son importantes para los jugadores, pero como empezamos esta nota diciendo que cuando eramos niños soñábamos con hacer un gol vistiendo los colores de su equipo favorito. Por suerte para Poborský esta ilusión llegó a su máximo esplendor y no solo logró anotar un tanto con su combinado nacional, sino que con ese tanto es recordado por muchos fanáticos de la redonda.
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