Sin dudas que el fútbol europeo es el sueño de todos aquellos que están de éste lado del Atlántico. Claro, más allá de los onerosos contratos, en el Viejo Continente se encuentran las mejores ligas del mundo y en ellas los jugadores top. La deducción demarca que el camino es de Sudamérica a Europa, muy pocas veces se da de forma contraria. O mejor dicho, es poco probable que oriundos allá vengan a mostrarse por estos lados. A pesar de ello, en los últimos años se han dado varios ejemplos, sobre todo en Brasil. El alemán Lutz Pfannenstiel, que en el 2008 custodió los tres palos del Atlético Aichinger del ascenso brasileño, el holandés (surinamés) Clarence Seedorf en el Botafogo, donde se retiró en el 2013, o el español Fran Mérida, de paso por Arsenal o Atlético Madrid, que tuvo un puñado de partidos en el Atlético Paranaense en la temporada 2013/14. El último exponente de esta lista es el germano Alexander Baumjohann, mediapunta que llegó en el mercado de pases de junio al Coritiba, donde jugó el semestre pasado.

La carrera del alemán arrancó en el Schalke 04, donde debutó en el 2005. Sin embargo, luego de tres temporadas donde solo jugó dos partidos, el volante se mudó al Borussia Mönchengladbach en busca de continuidad. En el Die Fohlen permaneció hasta 2009, alternando entre el primer equipo y el filial. En el último año mostró su mejor versión, algo que lo llevó a ser convocado para el combinado Sub 21 del seleccionado germano. A pesar de la mejoría en su nivel, no renovó contrato con el Gladbach y se mudó al Bayern Münich, que lo fichó tras quedar libre. Su paso por el conjunto bávaro no fue diferente a su corta trayectoria: un semestre con pocos minutos, relevado al conjunto en la tercera categoría de Ascenso y salida en el siguiente mercado de pases.

Jugó un semestre en el Bayern Munich

Con la necesidad de relanzar su carrera futbolística, fue transferido a su club de origen, que desembolsó cerca de un millón de dólares para ficharlo. En Gelsenkirchen permaneció dos temporadas y disputó más de cuarenta partidos, algunos de ellos en el conjunto regional. Más allá de la regular performance en los Azules Reales, el mediapunta cambió de aires y se convirtió en nuevo jugador del Kaiserslautern para el curso 2012/13. La Bundesliga 2 fue por un año su lugar, donde plasmó pinceladas del talento que lo ayudó a ser mencionado como uno de los grandes proyectos del fútbol teutón. En los diablos rojos anotó cinco goles en casi treinta encuentros, uno de ellos al Hoffenheim en el playoff por un lugar en la máxima categoría. Con FCK quedó en las puertas del ascenso y tomó la decisión de volver a la Bundesliga de la mano del Hertha Berlin. A la institución capitalina llegó libre y se desenvolvió hasta el primer semestre del 2017. Entre el primer equipo y el Hertha Berlin SC II, Baumjohann dijo presente en 36 oportunidades y convirtió dos tantos. Tras más de diez años desde su debut, el oriundo de Waltrop apenas superó los cien partidos en un campo de juego. Casi nada teniendo en cuenta las expectativas depositadas en él.

Ante la desazón por quedar nuevamente con la ficha en su poder, el panorama futbolístico de Alex tenía tendencia a aventurarse en alguna liga de segundo orden. Sin embargo, el teléfono sonó desde Sudamérica. Atlético Mineiro, Internacional de Porto Alegre y Coritiba mostraron interés en él. Obvio, su relación con la bloguista brasileña Tatiene era un condimento ideal para adaptarse con mayor facilidad. Entre las ofertas, el alemán eligió la del Coxa. «Soy un medio atacante, me gusta estar cerca de la portería, dar asistencias. El aficionado podrá conocerme mejor en el campo», fueron las primeras declaraciones de la nueva incorporación. Actualmente, tras finalizar su contrato a fin de 2017, es una incógnita qué será de su futuro.

La pareja feliz

El mundo del fútbol tiene mil vueltas. En la mayoría de los casos, el dinero, la continuidad o la gloria son aspectos que ayudan a tomar determinadas decisiones. También existen excepciones, como el caso de Baumjohann, quien apostó por la comodidad del país de su esposa para seguir jugando al fútbol en un nivel de élite.