América
Una difícil hazaña
Hoy, para los sudamericanos, el Mundial de Clubes se convirtió más en un sueño que en una posibilidad. Es cierto, nunca resultó fácil: de 57 ediciones (empezando a contar desde 1960 con la Copa Intercontinental hasta la última edición del MdeC), tan solo en 26 los equipos sudamericanos se llevaron el titulo.
A lo largo de la historia, siempre existió una diferencia entre Europa y Sudamérica como la profesionalización del deporte, el poderío económico, la capacidad de enfrentarse a los mejores del momento, etc. Hoy, la mayoría se mantiene y otras aparecieron para acentuar aún más la diferencia, pero de eso hablaremos más adelante. Principalmente, era esa pelea desigual lo que hacía ganar el torneo continental algo casi heroico y aún más meritorio para el campeón de la Copa Libertadores. Pero hubo una época donde el fútbol sudamericano llegó a dominar la Copa Intercontinental. Esa década fue en los ’80 y, como estamos a días de terminar una, en esta nota recordamos cómo ocurrió.
Para entender éste fenómeno, primero hay que entender el contexto. Teniendo a Argentina como último campeón mundial en 1978 y con un gran rendimiento de las selecciones sudamericanas, poco a poco ese avance se traduciría en los equipos de su país en la siguiente década. En cambio, en Europa ocurrían cosas extrañas. La última renovación que había llegado a esas tierras era el “Fútbol Total” de Rinus Michels con Holanda en 1974, y la fuerza de las potencias europeas poco a poco iba decayendo para dar espacio a otras. La Copa de Campeones de 1979 ganada por el sorpresivo Malmö no fue casualidad, sino un fenómeno que al decenio siguiente se acentuaría.
La primera final Intercontinental que inicia los 80 es la de Nacional frente al Nottingham Forest. El Bolso venía de conseguir su primera Libertadores nueve años atrás, mientras que el equipo inglés acababa de completar un milagro: de jugar en segunda división inglesa a conquistar la máxima competencia europea. Todo de la mano de su DT, el histórico Brian Clough. Un solitario gol de Waldemar Victorino a los 10 minutos le dio el título en Japón a los charrúas. Era el comienzo de la hegemonía latinoamericana.
Desde esa edición hasta 1985, todos los campeones fueron de la Libertadores. Flamengo, Peñarol, Gremio e Independiente se consagraron. Del lado europeo se producía una característica similar: salvo el Liverpool (que ganó en su continente en 1981 y 1984), todos tuvieron su primer título como el Aston Villa o el Hamburgo.
Y es que el conjunto inglés fue el único sobreviviente de los denominados “grandes” que se pudo imponer ante la presencia de nuevas potencias y jóvenes equipos que aparecían para disputar la hegemonía imperante. De esas cinco ediciones, en tres de ellas llegó a la final y ganó dos. Su gran artífice era Bill Shankly, histórico técnico de los Reds que supo crear no solo un equipo competitivo sino generar una identidad propia. La tragedia de Heysel fue el hecho histórico que marcó un antes y después en el futbol inglés, y el Liverpool fue protagonista de ello. La muerte de 39 personas en el estadio belga donde se enfrentaba contra la Juventus provocó la suspensión de equipos ingleses en competencias europeas por cinco años y el doble para los de Merseyside.
De aquella trágica final llegó uno de los partidos de la Intercontinental más recordados de toda la historia, el de Argentinos Juniors vs Juventus. Un encuentro que tuvo de todo, acabó en empate a dos y en los penales los italianos pudieron romper la seguidilla sudamericana. Sin embargo, fue solo una expepción.
Hasta 1989, el reinado mundial se turnó. River venció al Steaua Bucarest con gol del uruguayo Antonio Alzamendi, el Porto le ganó a Peñarol en una final con una intensa nieve como protagonista, el PSV cayó contra Nacional por penales y, finalmente, el Milan de Arrigo Sacchi se impuso ante Atlético Nacional.
¿Por qué cambió tanto esta situación? Bueno, una razón importante fue la ley Bosman. Antes, los equipos europeos podían tener hasta tres jugadores extranjeros en cancha, en cambio hoy en las principales ligas europeas el cupo es mucho menos restrictivo. Esto generó la ida de las figuras de los equipos sudamericanos a Europa mucho más temprano y en mayor cantidad que antes. Junto a esto, obviamente existe la gran diferencia económica entre los clubes de los dos continentes, algo ya existente desde antes pero hoy acrecentado aún más.
La final entre Flamengo y Liverpool marcará el fin de una década del Mundial de Clubes donde, en 10 ediciones, solo en una ocasión se impuso el equipo sudamericano ante el campeón de la Champions League. Fue el Corinthians en 2012, equipo dirigido ese entonces por Tite y frente a un Chelsea que estrenaba DT con Rafa Benítez. Incluso, en tres ediciones los campeones de la Libertadores ni siquiera llegaron a la final. El equipo de Jorge Jesús no la tendrá fácil: se enfrenta al mejor equipo de Europa actualmente y con un equipo muy aceitado. Frente a River, un milagro les permitió llevarse la Copa, ahora nuevamente esperaran que la suerte y el fútbol estén de su lado.
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- AUTOR
- Bruno Scavelli
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