Historias
Una que sepamos todos
Las primeras risas nerviosas junto con las miradas cómplices aparecen en los rostros de los miembros de la Selección de Inglaterra, a pocos meses del Mundial de México de 1970. Los apuros típicos de productores, camarógrafos, sonidistas y asistentes previos a una filmación, se suman a la complejidad de tener que acomodar a 22 futbolistas vestidos todos de impecable esmoquin para empezar a grabar para el programa emblema de la música británica, Top Of The Pop.
Cuando por fin se enciende la cámara y empieza a sonar la música, la cámara comienza a panear en primeros planos a los improvisados cantantes. A algunos se los ve nerviosos, a otros acartonados, hay alguna mueca de sonrisa y algún gesto de relajación, pero todos intentan seguir al pie de la letra y sin equivocarse el “Back Home”, canción que a partir de ese momento será una especie de himno que acompañará a los dirigidos por el entrenador Ralf Ramsey para tratar de repetir lo conseguido en 1966: Ganar la Copa del Mundo. Surgido de una idea de la Asociación de Fútbol de ese país, como forma de motivar tanto a jugadores como a los fanáticos del fútbol y a la población en general, el Back Home fue el primer tema de una saga que continúa hasta hoy. Desde 1970, antes de cada Mundial, y a partir de 1988 en cada Eurocopa, los integrantes de la Selección Inglesa se juntan días previos a viajar a la concentración final, a grabar una canción en la que todos participan.
Para los primeros Mundiales y hasta los 90 la cosa funcionaba así: La asociación contrataba a los generalmente desconocidos compositores que trabajaban por hora y cobraban unas pocas libras para que escriban algo bastante simple, que toque la sensibilidad patriótica de los ingleses y funcione como una especie de empujón espiritual, que se retroalimentara por todo el país. En el caso de 1970, los designados fueron Bill Martin y Phil Coulter y la canción logró llegar al número 1 de los ránkings en Inglaterra y al dos en Irlanda, pero para el Mundial 86 la temática y los estilos musicales no se renovaban y caían siempre en la misma aburrida fórmula en forma de marcha, acompañada por un coro de dudosa aptitud.
En 1990, New Order estaba en la cumbre de su carrera artística, un año antes había sacado “Technique”, quizás el mejor disco de la banda donde mezclaba toda la electrónica conocida del momento con la irrupción del acid house, guitarras indies y melodías que hacían bailar a todo el mundo. Ya hacía tiempo se había sacado el traje de haber sido una de las bandas más oscuras del post punk, como Joy Division, para convertirse en un fenómeno de discoteca con temas como Bizarre love triangle o Blue Monday, que apenas sonaban hacían saltar a las pistas a la gente de Buenos Aires, New York o Hamburgo. Su productor, Tony Wilson era también un tipo muy reconocido en el ambiente musical. Era conductor de televisión y tenía además un sello discográfico, Factory Records, el cual editaba a las mejores bandas de la época surgidas todas en Manchester. Wilson era uno de los propietarios de uno de los clubes bailables más míticos del reino unido: The Hacienda. Sus contactos fluían por todo el país.
No se sabe de quién fue la idea, pero de algún modo alguien pensó que cambiar la dinámica de las canciones que acompañaban a la Selección de Inglaterra previo a los mundiales sería una buena idea. En ese momento la secuencia de los jugadores formados cantando una canción bastante tonta y poco original ya estaba agotada y cada vez costaba más convencer a los protagonistas para que sean parte del show.
Para algunos, la mayoría, fue que la Asociación de Fútbol, a través su jefe de prensa David Bloomfield, quien le propuso a Tony Wilson para que la banda compusiera la canción que correspondería al Mundial de Italia 90, porque New Orden había grabado como favor en 1988 la cortina de un programa que se emitía en Granada TV, sobre historias que revivían los gloriosos años 70 del fútbol llamado Best and Marsh, presentado obviamente por el mismo Wilson junto a George Best y Rodney Marsh, y por asociación libre pensaron que la banda tenía algo que ver con ese deporte.
Para otros que conocían muy bien las habilidades y el carisma de Wilson, no fue otro que el propio productor quien llevó la idea a la FA para convencer a los popes de que cambiar la estrategia llevada a cabo hasta ese momento. Y así subir a sus muchachos al máximo de popularidad en el momento más álgido de un país tan futbolero como es Inglaterra.
Por esos días, la banda tenía casi cerrada su participación en la banda sonora de un corto de uno de los ídolos cinematográficos de su cantante Bernard Sumner, el famoso director Michael Powell. Tenían el tiempo justo para grabar antes de salir a una interminable gira y si bien no estaba cerrado del todo, ya que debían conseguir 100 mil libras para financiar el proyecto, a la banda no le resultaría imposible hacerlo y estaban entusiasmados con la idea. Pero justo en ese momento de definición, fue que cayó Wilson con la invitación de la FA de componer el tema que representará a la selección inglesa en la próxima copa del mundo.
El fallo fue divido porque no había tiempo para hacer las dos cosas y había que decidirse por una. Parte de la banda como el cantante y el baterista, Stephen Morris, preferían hacer la película porque admiraban a su director y ya tenían todo bastante avanzado, pero según contaría más adelante el propio Sumner probablemente todo se decantó por componer para la Selección, simplemente porque la idea del film no se le ocurrió a Tony.
Lo que para la mayoría hubiese sido componer una canción sensiblera con forma de himno, llena de palabras vacías y apelando al orgullo nacional, lo cual infundiría ánimo al equipo y a la sociedad y con el agregado de que la graben 22 tipos, jugadores de fútbol ellos, perplejos e incapaces de ocultar su incomodidad con la situación, a pesar del alcohol que pudieran haber ingerido antes de aparecer en cámara, para New Orden fue un reto.
A pesar de la cortina del programa de Best and Marsh, la banda no tenía otra conexión con el fútbol, si bien Bernard Sumner en su juventud en Salford, había sido hincha del Manchester United y asistía a Old Trafford de vez en cuando, la música de a poco fue suplantando ese sentimiento hasta dejarlo totalmente de lado. Los otros músicos tampoco eran grandes seguidores de la pelota. Peter Hook, el bajista de la banda, también tenía su corazón en Old Trafford pero en esos años de giras, conciertos y fiesta, mucha fiesta, el fútbol no cuajaba demasiado.
Por eso, la idea de la banda fue escribir una canción olvidándose totalmente del fútbol. Como contara Sumner en su biografía: “Me propuse escribir algo diferente al habitual: VENCEREMOS Y VENDREMOS CON LA COPA. ¡HURRA!, y ese tipo de cosas”, para el caso, como también era costumbre en esta clase de canciones, de la composición de la letra generalmente formaba parte algún otro famoso como invitado. En el caso de 1990 fue Keith Allen, un ácido comediante muy conocido en Manchester que había protagonizado un sketch donde un afeminado director de videos pop se convertía en un apasionado hooligan y que había sido todo un éxito del momento, pensaron en él para que los ayudara con la letra. Además, Allen era un gran fanático del fútbol por lo que les daría ese toque del que la banda carecía.
Finalmente, World in Motion fue compuesta como cualquier otra canción de New Order. Cada miembro de la banda hizo su aporte por separado y al final se juntaron y quedó una canción de dos partes basadas también en la cortina del viejo programa de Granada TV. Para grabarla se contrató un estudio en la ciudad de Slough, cerca del campo de entrenamiento de la Selección Inglesa porque además de todo, la canción debía contar con la participación de los jugadores como parte de la tradición.
Ese domingo en el que se grabó por fin la canción, la Selección se reunía en el predio como lo hacían generalmente, después que cada jugador disputase la fecha de la liga pero en lugar de entrenarse, Bobby Robson, el director técnico de ese equipo les dijo a los jugadores que no se cambien, que los que quisieran, tendrían que ir a los estudios The Mill a grabar la famosa canción. John Barnes recuerda ese día en el que junto a unos pocos más decidió acceder a la propuesta: “No nos gustaba juntarnos el domingo para ir a la Selección porque ese día es para ir al pub, pero cuando llegó el entrenador y nos dijo que no tendríamos que juntarnos con la Selección y solo nos dio una dirección a la que teníamos que acudir para cantar la famosa canción, la mayoría pensó que sería la típica basura que se hacía hasta ese entonces y decidió tomarse el día libre e ir al pub”. Solo seis jugadores se presentaron pensando que sería una canción de los futbolistas abrazados cantando alguna tontería, Paul Gaiscoigne, Peter Beardsley, Des Walker, Chris Waddle y Steve Mc Mahon se unieron al propio Barnes para la aventura.
Así que fue grande la sorpresa cuando entraron al estudio de grabación y se encontraron con New Order entero esperándolos. Según confesaría Barnes años después, allí se dieron cuenta que por fin iba a ser un trabajo decente y se tranquilizaron. Mucho más cuando se dieron cuenta que para que estén “alegres”, los productores les tenían reservada una mesa con algunas botellas de champagne para que relajen cuerpo y mente para iniciar la faena.
Gascoigne, como no es de sorprender, fue el más animado. Primero al entrar al control y ver la mesa de mezcla gigante invadida de botones, luces y teclas, se entusiasmó pensando que era algún tipo de instrumento, un órgano o algún extraño sintetizador ultra tecnológico, provocando las risas de todos. Después, y mientras los demás jugadores trataban de mantener la compostura más allá de la ingesta etílica, Gazza se paseaba botella en mano bebiendo del pico sin ningún pudor por todo el estudio. Según contó el bajista, Peter Hook, años después en la prensa inglesa: “Se tomó tres botellas en 15 minutos”. Mientras tanto, la banda ultimaba una de las líneas que los invitados debían cantar, algo así como: “Jugamos por Inglaterra/tocamos esta canción/cantamos por Inglaterra/Arrivederci, es un uno contra uno”.
El ambiente de a poco se fue animando y en ese momento fue que llegó Allen con la idea de incluir en el tema una parte rappeada que el propio comediante había escrito. La banda y los productores propusieron que el encargado de esas líneas sea uno de los futbolistas para lo que se organizó un rap off. Es decir que los voluntarios se sometieron a una competencia. El que mejor lo hacía era el que finalmente ganaría la batalla y por ende quedaría registrado en el tema.
Apelando al tono jocoso que llevaba gracias al burbujeante espumoso, Gascoigne fue el primero en probar. Lo hizo bastante bien en ritmo y flow, pero el problema fue que no se le entendía una palabra. Así fueron pasando de a uno entre burlas y risas de los otros. Finalmente el elegido y al parecer sacándole una ventaja considerable al resto, fue John Barnes.
En una entrevista a Planet Football el propio Barnes cuenta su versión: “Hicimos la canción, y ni siquiera se suponía que fuera un rap. Pero se tomó un poco de alcohol y estábamos a punto de tomar unas copas más y Keith [Allen] dijo: ‘Escribamos un rap’. Todos lo intentamos: Beardsley, Gazza, Des Walker y, por supuesto, yo mismo. Des fue probablemente la competencia más grande, y Gazza podría haber estado allí también, pero yo al ser un fanático del rap fui elegido. La verdad es que estábamos todos borrachos y lo hicimos. No es algo difícil de hacer en ese estado”. Además, el extremo izquierdo nacido en Kingston, Jamaica, ya tenía alguna experiencia previa en la música. Había tenido algunas bandas en su juventud y no le temía al micrófono.
Luego de la grabación del tema vino la filmación del video que no resultó menos traumática. Es que Boby Robsson ya estaba cansado de ver a estos locos que aparecían en los entrenamientos, no siempre en buen estado, para usar a sus muchachos para cosas que poco tenían que ver con el fútbol.
El video se rodó en tres partes. Para la primera se pidió permiso a la Asociación y se llevaron cámaras a un partido amistoso de la Selección para tener imágenes de acción de los jugadores. Para la segunda, la idea era reunir a la banda con el equipo completo para que todos aparezcan. Pero los que no aparecieron fueron los miembros de la banda. En esos tiempos las noches eran largas y sus finales una incógnita así que solo el bajista Peter Hook fue el que logró llegar hasta el campo de entrenamiento y es solo él, el que aparece actuando con los players.
Pero faltaba filmar el rap. La parte más importante del tema no había podido ser grabada porque Barnes estaba lesionado, así que New Order y Allen se fueron a verlo al entrenamiento del Liverpool, donde el moreno estaba haciendo la recuperación y lo que quedó en el corte de edición fue desopilante y se puede ver como el momento en el que el comediante y el futbolista hacen el playback traspasa la pantalla.
La canción salió a la luz el 21 de mayo de 1990 y a la semana llegó al número 1 del ránking en el Reino Unido. Curiosamente fue el primer y único primero puesto de una banda súper popular como New Order, ni siquiera tremendos éxitos como Blue monday o Regret lo consiguieron. World in Motion estuvo en la cima por dos semanas hasta que Sacrifice de Elton John, lo bajó.
También la participación de Barnes fue un bum en las islas. En los pubs trataban de rapear entre el humo y el vaho. En las plazas y en los colegios los chicos lo imitaban. Hubo un momento que la letra salía al dedillo. Era la música del país. Se convirtió en un himno y hoy nadie duda en que fue la mejor versión de footie músic, como fue bautizado este tipo de experimento musical.
El tema ayudó y acompañó de alguna forma el cambio de paradigma que se dio en el fútbol inglés. Los años 80 que fueron signados por la violencia hooligan y por decenas de incidentes incluidas varias tragedias, mutaron por un ambiente más festivo donde la ropa, las drogas de diseño y la música fueron protagonistas. New Order quiso crear un tema alejado y crítico de ese bagaje de peleas, disturbios y vandalismo y Bernard Sumner lo resume en su biografía: «En vez de la idiotez de la típica cancioncita coral, nos limitamos a hacer del exprésate (con esa declaración de principios comienza la canción) el mensaje clave, lo que dio a la canción un espíritu muy diferente. También llegó en un momento decisivo para el juego. Los ochenta fueron una época bastante desoladora para los seguidores del fútbol. La violencia se había extendido y justo un año antes de la Copa del Mundo sucedió lo de los muertos en Hillsborough, pero el Mundial del 90 parecía ser el catalizador del cambio. No podría decir si World in Motion desempeñó algún papel en ello, pero el éxito del equipo de Inglaterra en Italia sin duda ayudó. El movimiento fanzine estaba en pleno apogeo y creo que los hinchas del fútbol empezaron a cambiar de mentalidad. El tribalismo permanecía en cierta medida, después de todo, es lo que alimenta la cultura del fútbol, pero aquel verano largo y caluroso fue contemplado a posteriori como un momento decisivo y crucial. De nuevo se veía a los aficionados alegres y risueños en los partidos”.
De hecho, el primer título de la canción propuesto por Allen era “E is for England”, pero la FA no lo aprobó y presionó para que sea cambiado debido a su alusión a las drogas. Es que “E” se lo llamaba en el circuito de la noche al éxtasis, la sustancia de moda por esos años, y el mensaje era demasiado ambiguo pero reflejaba de forma clara el espíritu de la época.
Nunca más una canción escrita para Mundial o Eurocopa pudo conseguir semejante repercusión mundial y mucho menos su significancia para la cultura del fútbol. La Asociación lo intentó con otros grupos igual de importantes que New Order, como Echo and the Bunnymen pero no funcionó. Solo el tema “Three Lions” de la banda brit pop The Lightning Seeds, compuesta para la Euro 1996 tuvo una repercusión parecida. Una canción que fue furor en Rusia 2018 cuando los ingleses volvieron a llegar a una semifinal al igual que en 1990. Pero esa es otra historia.
Hoy el famoso rap de Barnes sigue vigente. Es una pregunta recurrente en las entrevistas que le siguen haciendo. En cada aparición televisiva le piden cantar el rap. En las plataformas de ventas de productos se pueden encontrar remeras con la foto del mediocampista y con la transcripción de su parte en World in Motion. En octubre del 2021, Peter Hook anunció que iba a subastar distintos objetos que guardaba de la época de New order. Algunos premios obtenidos por la banda, cd`s, obras de arte, vinilos y cintas de viejas grabaciones. Entre ellas, se encontraban todas la versiones de las partes de rap cantado por los otros futbolistas incluidos Gascoigne y se pueden escuchar por distintas páginas en la web.
World in motion no solo fue una buena canción de una gran banda. Forma parte de la rica historia de la música británica y está vigente. New Order la siguió tocando en sus actuaciones en vivo durante años. No fue un tema del momento sino que suena y seguirá sonando mientras la selección inglesa siga soñando con que el fútbol, le retribuya su aporte desinteresado al resto del mundo.
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(El rap de John Barnes…)
Tienes que aguantar y ceder
Pero hazlo en el momento adecuado
Puedes ser lento o rápido
Pero debes llegar a la línea
Ellos siempre te golpearán y te lastimarán
Defiéndete y ataca
Solo hay una forma de vencerlos
Atrápame
si puedes
porque soy el hombre de Inglaterra
y lo que estás mirando
es el plan maestro
no somos hooligans
esto no es una canción de fútbol
tres leones en mi pecho
sé que no podemos ir mal
- AUTOR
- Horacio Ojeda
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