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Valencia y Marcelino García Toral
El Valencia, en las últimas dos temporadas de Liga, no pasó del décimo puesto. Una institución que estaba acostumbrada a ubicarse en las posiciones de arriba, peleando por clasificar a la Champions League, no encontraba el rumbo. No obstante, en mayo y ya pensando en la siguiente campaña, Marcelino García Toral fue contratado como el entrenador del equipo. Y por lo pronto, el ex técnico del Villarreal está demostrando que puede ayudar a Los Che a volver a ser un conjunto competitivo.
Es cierto que tan solo se disputaron nueve fechas de campeonato, pero el Valencia logró igualar su mejor arranque en la historia del club, ubicándose en el segundo puesto con 21 puntos con seis victorias y tres empates. Es decir que, además, continúa estando invicto. Más meritorio aún si se tiene en cuenta a los rivales que tuvo que enfrentarse a lo largo de estas nueve jornadas; recibió al Atlético de Madrid, al Athletic de Bilbao y recientemente al Sevilla, al que le propició un 4-0 soberbio, mientras que jugó de visitante en estadios como el Santiago Bernabéu, San Mamés o el Benito Villamarín.
¿Cuáles son las razones de por qué el Valencia es una de las nuevas sensaciones de Europa? Hay varias. Marcelino, como primera medida, suele intentar afianzarse con ciertos patrones de juego para que el equipo se vaya reconociendo. Defender con las líneas muy juntas en repliegue y achicar espacios. Ubicar dos delanteros que le den amplitud al juego y puedan hacer rupturas. Y también la de disponer, en la línea de cuatro mediocampistas, a dos externos que puedan moverse e involucrarse en zonas interiores.
El Valencia no es que dispone de un plantel lleno de talento, pero varios de ellos se potencian gracias al modelo de juego. Simone Zaza y Rodrigo Moreno, los dos delanteros, no se caracterizan por ser goleadores, pero ambos están demostrando una capacidad anotadora por todo lo que generan ellos mismos y el propio equipo (entre los dos suman 13 goles de los 25 en Liga). Además, detrás tienen a Carlos Soler, en la derecha, y a Gonçalo Guedes, en la izquierda. Dos jugadores que son distintos, aunque igual de claves en el sistema de Marcelino.
Soler, canterano del Valencia, es un enganche que el fútbol actual lo obliga a retrasarse un poco y jugar en una banda; no obstante, salvo para defender que ahí sí tiene que mantenerse en la derecha, generalmente cuando su equipo ataca él busca las zonas interiores para recibir entre líneas. En cambio, Guedes sí es más extremo, con más gambeta y velocidad –en conducción y para el desmarque– que lo convierten en el futbolista más desequilibrante del equipo. Los dos, con 20 años, ya son muy buenos. Y todavía les queda mucho por crecer.
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Otros como Geoffrey Kondogbia también son potenciados por el modelo de juego, porque lo limita a cumplir un rol ideal para él y no sobrepasarse, pero solamente se nombraron a los cuatro jugadores más ofensivos para tratar de explicar los 25 goles del Valencia en tan solo 9 fechas, únicamente superado por el Barcelona con 26 tantos. Además, no competir en Europa beneficia a Los Che y pueden entrenarse toda la semana en relación a un solo partido, el de cada fin de semana.
Marcelino García Toral parece haber dado con la tecla para lograr la resurrección de la institución, y es incierto qué tan lejos puede llegar en la Liga. Sin embargo, la sensación de que el Valencia vuelve a ser un equipo serio, que además de lograr resultados tiene en claro qué es lo que quiere realizar en un campo de juego, ya es un buen síntoma.
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