América
Vamos negrita baila hasta el fin, hacelo por mí..
Los que somos un poco más viejos, hemos visto algunos espectáculos que han quedado en nuestras memorias. No hablo de ir a un teatro o de escuchar a tu banda preferida, aunque para ser sinceros hay momentos futbolísticos que claramente son una exhibición digna de alguna obra espectacular. La palabra «baile» nos lleva a eso. Cuando vemos un partido y tiramos esa frase, ya queda claro cómo es la cuestión. Sin embargo no todos bailan igual y hay equipos de fútbol que, no hace falta mentirse, tiran pasos de baile mucho mejor que otros. Brasil, por suerte, recordó lo que era eso y hoy por hoy da cátedra. ¿No se animan a tirar un par de pasos? Ellos sí.
¿Alguno no recuerda el 7-1 contra Alemania? Mundial 2014 en SU PROPIA CASA y un desastre calamitoso. La prensa mundial habló días del tema. Los brasileños habían perdido su magia, su eficacia, su amor por la redonda. Fue el adiós para Luiz Felipe Scolari. Llegó Dunga y así como llegó se fue. Dos años le bastaron para dejar una pésima impresión y para que más de uno confirmara que todavía no habían vuelto a danzar, aunque los nombres ya comenzarían a mutar. Con un Currículum Vitae larguísimo apareció Tité y la píldora sanadora surgió efecto. En menos de un año la renovación fue prácticamente total, sin embargo si vamos simplemente a lo numérico y solo observamos las Eliminatorias Sudamericanas, el tema hasta asusta: ganó sus OCHO partidos en la clasificación mundialista.
Como bien dijimos, hubo apellidos que desaparecieron y otros que volvieron a aparecer. Si miramos el plantel de aquel histórico choque contra los teutones y tomamos en cuenta la última convocatoria solo se repiten siete jugadores: Marcelo, Fernandinho, Paulinho, Willian, Thiago Silva, Dani Alves y Neymar. Extrañamente el péndulo de este conjunto actual lo manejan un jugador que estuvo aquella tarde en el estadio Mineirão y la figura que se lo perdió por lesión. Uno de ellos es el jugador de Guangzhou Evergrande de China. Sí, sí, uno de los ejes de esta samba juega en China, y el otro, todos de pie, es Ney. Ambos pasaron a ser armas letales en las estrategias del ex entrenador del Corinthians. El centrocampista es quien maneja los hilos del mediocampo y llega constantemente al aérea, y el otro es el que rompe los esquemas y vuelve loco a los defensores a pura gambeta.
Unos pasitos antes de este buen momento, la Canarinha rompió con el maleficio de los Juegos Olímpicos y se quedó con el oro comandada por Rogerio Micale, un técnico prácticamente desconocido para la patria futbolera. Ese logro también atrajo a nuevas caras al seleccionado: Weverton, un arquero experimentado hoy en Atlético Paranaense; Marquinhos, zaguero que defendía y defiende la casaca del PSG; Renato Augusto, mediocampista que pasó por el Bayer Leverkusen y por estos tiempos se desempeña en el Beijing Guoan de China, y Gabriel Jesus, una de las nuevas estrellas de aquella nación que aparece como el delantero titular inamovible y que hasta su lesión le quitó el puesto a Sergio Aguero en el Manchester City. Está claro que, más allá de la calidad individual de sus jugadores, los brasileños han sabido mezclar experiencia con juventud, darle rodaje a muchos de sus futbolistas, y gracias a eso del árbol han caído varios frutos. Que nadie se asombre si en Rusia pintó el baile brasileño.
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- AUTOR
- Facundo Mirata
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